EMBRIAGUEZ AL CONDUCIR

EMBRIAGUEZ AL CONDUCIR

CONSECUENCIAS EN COLOMBIA

 

En Colombia se han registrado graves incidentes viales por conductas irresponsables, tales como conducir bajo los efectos del alcohol. Los distintos analisis que se han realizado en nuestro pais, referente a esta problemática, siempre han indicado que mezclar gasolina y alcohol se constituye como un elemento de indignación común para la sociedad en la que vivimos y, las personas que incurren en este tipo de comportamientos, pueden llegar a enfrentar sanciones que cuestan más de 38 millones de pesos a 2020. No obstante, los casos de conductores en estado de alcoholemia y ebriedad, se siguen presentando, al igual que las víctimas, que en muchos casos resultan ser fatales.

El presente artículo, se realiza con el fin de contextualizar a nustros lectores de las consecuencias por ejercer una actividad peligrosa, como lo es la conducción estando bajo el influjo del alchol.

En Colombia, al igual que en el mundo, se tiene plena claridad del efecto que tienen las bebidas alcohólicas en la disminución de la destreza de los conductores y, aunque por muchos años incurrir en esta conducta fue una práctica común y aceptada en nuestro país, hoy en día es poco admisible este tipo de comportamientos para la comunidad social, jurídica y política.

Por su parte, el endurecimiento normativo gestado por la ley 1696 de 2013, ha sido uno de los instrumentos mas idoneos para hacedrle frente a la embriaguez en la conducción de vehiculos automotores. Sin embargo, es menester aclarar que, el control de esta conducta se ha venido ejerciendo a nivel nacional desde los años 70, con la implementación del decreto 1344.

Por otro lado, algo importante en materia normativa y cuya relevancia es fundamental, fue la introducción del vigente código de tránsito y transporte en la década del año 2000 (Ley 769 de 2002), el cual ha tenido algunas modificaciones sustanciales, que progresivamente han endurecido las sanciones para aquellos conductores que son sorprendidos en condición de alicoramiento. Esto ha traído como consecuencia que, a hoy, el costo de una multa pueda estar por encima de 38 millones de pesos, en los casos más severos.

A renglón seguido, se dará una mirada a los distintos grados de alchol sancionados en colombia y la multa como consecuencia de dicha infracció.

A pesar de los multiples esfuerzos realizados por parte del Congreso de la República, con acciones concretas, tales como, el fortalecimiento normativo y el rigor sancionatorio de la ley 1696, los siniestros de tránsito que tienen origen en la ingesta de bebidas alcohólicas, siguen apareciendo, aun sabiendo que, el ser humano en estado de alicoramiento disminuye, entre otras cosas, su control de impulsos, su capacidad de coordinación y retarda su capacidad de reacción ante una situación de peligro, en el ejercicio de la conducción; la línea de tiempo desde 2.010 y hasta 2.018 registra 25.438 siniestros que tienen una causa asociada al consumo de bebidas alcohólicas.

A Modo de Conclusión:

Los accidentes de tránsito que suceden en Colombia como consecuencia del consumo de bebidas alcoholicas, son de alto impacto en cuanto al nivel de mortalidad que genera. Esto, toda vez que 7 de cada 10 siniestros de este tipo, durante el año inmediatamente anteriror, dejó por lo menos una persona lesionada, mientras que, en 3 siniestros por cada 10, solo se ocasionaron daños no físicos a nivel humano. En sintesis, consumir alcohol y conducir un vehículo en estado de embriaguez, es un tipo de conducta temeraria, mucho más agresiva, por su probabilidad de generar lesiones.

Ahora bien, el aparente control que se ejerce a través de la sanción, parece ser un mecanismo de defensa que no ha logrado mantener una reducción de la siniestralidad vial en el largo plazo, ya que la ley 1696 de 2013, aun cuando redujo a la mitad la cantidad de infractores (por su nivel de afectación en el patrimonio económico), no redujo la cantidad de siniestros de forma permanente.

Resulta imperativo implementar medidas de control con un mayor nivel de rigurosidad y efectividad para el control de esta conducta de riesgo, y con ello, es recomendable revisar otro tipo de alternativas como los cursos de sensibilización por embriaguez, en vez de tener medidas reactivas y no preventivas que no generan una solución de fondo a dicha problematica. También es preciso crear programas serios de capacitación, que generen una verdadera conciencia de progreso en la toma de decisiones y aprendizajes sobre el riesgo en el que se incurre al conducir ebrio.

Controlar la conducción temeraria es un tema escencial en muchos países de Europa y América del Norte, sin importar el tipo de comportamiento que la origine. En Colombia, específicamente frente a la alcoholemia, se implementan medidas que, de entrada, no tienen oportunidad de mejora, no son subsanables, toda vez que han adoptado políticas que son reactivas, no preventivas y estan orientadas al resarcimiento economico para el Estado, convirtiendose en un relativo interes por parte del Estado. Es preciso replanterar y evaluar politicas preventivas que puedan ser aplicadas en el territorio nacional, lo mas ajustada posible a nuestro contexto vial, y con ello generar mejores resultados.

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Escrito Por:

Omar Felipe Cortés Cano.
Abogado Consultor de Villegas Consultores Jurídicos S.A.S.

Abogado de la Universidad Autónoma Latinoamericana, Asesor, Consultor y Litigante, conciliador en derecho, especialista en derecho penal universidad EAFIT y candidato a magister de la misma universidad.

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